La Sabiduría Antiansiedad
El perro, cuando le tiran un hueso, lo huele para ver si lo quiere. Don José, el jardinero, que acaba de cumplir ochenta años, corta el césped en mi casa. Cuando viene trato de estar. Es un hombre sabio. Cuando compartimos un café con leche me instruye:
— Don José, ¿cómo es que usted está tan bien?
— Sabe, m'hija, cuando pido algo que necesito, si me dicen que no, no me quedo enchufado: lo busco en otra parte. Yo doy cuando me piden, y después de pensar si quiero darlo. Y cuando a mí me dan algo, veo si lo quiero. Porque, ¿sabe?, el perro, cuando le tiran un hueso, lo huele para ver si lo quiere.
Cuando no estaba en proceso de recuperación de mis adicciones, sencillamente no pedía por miedo a que me dijeran “no”. Muy dentro de mí sentía que cualquier negativa equivalía a un “no te quiero”, y tratando de evitar eso me abstenía de pedir. Amurallada en mi omnipotencia, sentía que el aislamiento me comía viva, y para soportar el malestar, comía. Tuve que ampliar mis horizontes. Tuve que aprender que cuando pido algo y me dicen “no”, me están diciendo lo que no quieren darme o lo que no quieren hacer; no me están diciendo que no me quieren. Aquí el amor no tiene nada que ver ¿o sí?
Fragmento de Cuando hacer dieta... engorda
Elena B. Werba
No hay comentarios.:
Publicar un comentario