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Volver a soñar
El impulso de vida es una invitación para levantar nuevamente los ojos al Cielo y agradecer su intervención divina…
Carmen no podía tener hijos y su deseo de ser mamá era inmensamente fuerte.
Acudió a la primera consulta, con una carita angustiada. A pesar de que el ambiente en el consultorio era cálido, no dejó de mantener sus brazos cruzados, sobre el abrigo puesto, con ojos llorosos pero esperanzados.
Hizo muchas preguntas sobre la homeopatía y le empezó a entusiasmar la idea de que la Naturaleza actuara sin necesidad de medicaciones químicas.
Al despedirnos le dije: “Debemos permitir que el organismo reciba este impulso natural y comience a encontrar su equilibrio perdido. La medicación química ha remplazado el funcionamiento natural de muchos de sus órganos… el organismo ha olvidado ciertas funciones.
“Dr.., le agradezco, creo haber comprendido, esperaré la reacción de mi organismo ante el estímulo natural. Para mi esta es una gran esperanza, significa que todo mi ser colaborará activamente no solo mi sentimientos, sino esta vez mi organismo”
Tres meses después, una chispa de Dios comenzaba a abrigarse en el seno de Carmen: Ana Clara.
El día de su nacimiento, toda la naturaleza parecía alabar a Dios y festejar su llegada, adelantando la belleza de la primavera, en los últimos días de aquel inolvidable invierno.
DR. Jorge Kyanko

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