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SANACIÓN CRISTICA
“Cuando te percibas como Espíritu, no te limitarás a sentir amor.”
En el curso de sanación Crística iniciamos la más profunda de las curaciones: la curación del amor. Las heridas del amor son como agujeros negros. Todos creamos divisiones psicológicas como medio de supervivencia. Delimitamos comportamientos interiores para colocar en ellos todas las cosas indeseables: nuestros miedos, debilidades y defectos, dudas, nuestra convicción de que somos feos o indignos del amor. Todo el mundo tiene ésas cámaras oscuras. El ego crea los compartimientos donde ha ocultado todo lo que tienes de indeseable, podemos decir que el ego levantó muros interiores dividiendo a la psiquis. La herida más grande que se pueda tener es de la separación, el trauma de haber perdido el amor, el espíritu, a Dios. Ese es el agujero negro primordial, el que te separa de la fuente del amor, paz y gozo. Acercarse al agujero negro primordial provoca sensaciones de devastación, privación y despojo. Tendemos a mantenernos lejos de ésta angustia existencial, pero estar lejos no es lo mismo que curarlo. Si se lo deja sin atención, continua aumentando de tamaño hasta convertirse en una herida abierta. Es tan desagradable aproximarte a tu agujero negro existencial que por ello cubres con capas y capas de defensas. Pero una vez que hayas enfrentado tus temores con respecto a la supervivencia, el miedo al mero existir en ésta tierra, no queda nada a lo que puedas aferrarte: sólo un agujero negro. Los agujeros negros se curan llamándolos con espíritu, pese al terror, son sólo falta de amor. En la dualidad, estamos experimentando la separación de nuestra fuente de amor, pero en el fondo de tu ser una parte de ti detesta vivir aparte, el miedo, la soledad y el aislamiento. Esa parte de ti clama por el Amor para que resuelva su dolor. Pero ¿dónde esta el amor? El amor de una fuente exterior a uno mismo no resuelve el aislamiento, sólo lo empapela. Allí afuera no hay nadie que calme tus carencias interiores. En ese anhelo sin nombre que solo el amor puede satisfacer cada uno es el don y el donante, tú y tu fuente interna de amor esa fuente de Amor Verdadero dentro nuestro es el CRISTO. Cuando nos unimos a nuestra luz divina, al Cristo ubicado en nuestro corazón, la chispa divina crece y se expande hasta que el amor y la paz se hayan convertido en la naturaleza de nuestra vida. El amor como sanador no tiene limites pero debes estar dispuesto a acercarle todo tu ser, solo así fluye su bálsamo. El Amor es flujo, ahonda en nuestras cámaras ocultas sanando todo a su paso. Estamos transitando el camino hacia el Amor. El objetivo de este camino es que tu conciencia de separación regrese a la conciencia de Unidad. En la unidad solo “Somos Amor”, pues establecemos la comunicación con Dios.
(mensaje extraído del libro “El camino hacia el Amor”- Deepak Chopra)
Con el amor de mi Cristo
SANDRA PETRUCCELLI