Traductor

Sexualidad y Deseo
El Deseo es un impulso hacia la actividad sexual generado por estímulos internos y/o externos; incluye fantasías, pensamientos y receptividad para la actividad, comprometiendo una base biológica hormonal y una base emocional (intimidad, placer y diferentes aspectos de relación).
Cuando hablamos de deseo sexual no hablamos de lo mismo si nos referimos al hombre o a la mujer, ya que los caminos que conducen “a Roma” son muy diferentes en cada caso.
En el hombre el deseo sexual se genera, casi siempre, de una manera más rápida y espontánea que en la mujer.
En los primeros estadios de la pareja, es decir, en la etapa del “enamoramiento”, la forma en que se presenta el deseo es bastante parecida en ambos sexos, es decir, la sola idea de encontrarse con el ser amado genera mecanismos que dan lugar a la aparición del deseo.
Pero con el paso del tiempo ella comienza a necesitar de otros estímulos que la llevan a atravesar distintas fases. Estos estímulos se relacionan con el acercamiento verbal, los aromas, los estímulos táctiles, etc. En otras palabras, la mujer necesita que se cree un clima adecuado para que el surgimiento del deseo.
Los estímulos tienen que ver con los sentidos, por lo tanto, podemos hablar de estímulos que producen sensaciones:
- Auditivas (una música romántica, palabras excitantes, etc.)
- Olfativas (un perfume, un aroma ambiental…)
- Visuales (el aspecto físico de la pareja, una película, un ambiente).
- Táctiles (una caricia, una textura, la piel de la persona amada).
- Gustativas (una fruta, el sabor del amado…)
El deseo merece:
- Ser planificado.
- Tener un espacio en cuanto a tiempo y lugar.
- Un espacio psíquico.
- Jugar.
- Utilizar la imaginación.
- Ser creativo.
En las parejas que se quieren pero que han perdido esa magia del deseo es recomendable la consulta a un terapeuta especializado para recuperar ese clima tan anhelado. En estos casos, el profesional puede recurrir a distintas técnicas que se implementan teniendo en cuenta la particularidad de cada consultante. Algunas veces, se intenta incursionar en el mundo de las fantasías eróticas.
Las fantasías eróticas son algo imaginario que no existe en la realidad inmediata y que le es útil a la persona para motivar la actividad sexual o generar deseo sexual.
Son creadas por cada persona (hombre o mujer), no son espontáneas, ni naturales ni casuales.
Otorga a quien las imagina placer, bienestar y seguridad. Suelen ser contrapuestas a las creencias de la persona que las utiliza, casi “inconfesables”.
Un diálogo abierto con la pareja permite abrir todas estas puertas y dejar así salir al deseo que, si va acompañado del amor, resulta un “combo” imperdible.

Lic. Diana M. Pietruszka de Lebel

No hay comentarios.: